Epítetos agresivos y descalificadores
se dan entre partidarios y muchos opositores.
Ensucian la relación de los unos con los otros
y aunque exista voluntad el diálogo queda roto.
Proliferan las razones y también las sinrazones
resulta una empresa inútil acercar las posiciones.
Opiniones encontradas reproches resentimientos
y un odio visceral que promueve el escarmiento.
Un desprecio encarnizado de justos y pecadores
en todo enfrentamiento siempre hay odios y rencores.
Existe un muro invisible que separa nuestras vidas
no podemos derribarlo y se agranda cada día.
Su construcción es muy sólida aunque no se pueda ver
cada día es más grande y nunca deja de crecer.
Algunos hablan de grieta yo prefiero hablar de muro
si no se derriba pronto veo muy negro el futuro.
Ruben Edgardo Sánchez, 2 de septiembre de 2017
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