Mi Universar

sábado, 23 de enero de 2016

Trescientos sesenta grados


Una playa interminable cada día nos espera
no hace falta que nos hable aceptamos lo que quiera.

Es muy lindo caminar sobre la arena mojada
y una brisa singular acariciando la cara.

Almejas por todas partes que se esconden en la arena
gaviotas y cormoranes que cerca revolotean.

Un mar que besa la playa con tal regularidad
que es probable que lo haga de aquí hasta la eternidad.

Tras las dunas brilla el sol en dirección al poniente
hasta mejor ocasión se despide raudamente.

En tanto la luna crece majestuosamente bella
al igual que tantas veces rodeada por las estrellas.

Un horizonte sin par bellamente iluminado
es tal su grandiosidad que uno termina extasiado.

Trescientos sesenta grados para ver y disfrutar
belleza por todos lados imposible de olvidar.

Ruben Edgardo Sánchez, 23 de enero de 2016

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